Eicon

Cuando llegaron al estudio, lo primero que hicimos fue analizar la arquitectura de la marca y revisar el plan estratégico que habían desarrollado. La empresa ofrecía por un lado, una gama de productos y, por otro, un servicio de certificación de eficiencia térmica, y un servicio de aplicación de sus propios productos. Hasta el momento, la actividad principal de la empresa había sido la certificación de eficiencia térmica. Sin embargo, el área donde habían invertido todos sus recursos y habían hecho una apuesta fuerte por la innovación, eran las pinturas térmicas.

Por lo tanto, era el momento de darle la vuelta a la situación y centrarse en la promoción y venta de los productos, que era lo realmente diferenciador y rentable, y dejar el servicio en un segundo plano, como valor añadido.

Para la identidad de la nueva marca, nos basamos en el concepto que representa el nombre: Envolvente Integral de la CONstrucción, así como en una serie de palabras claves que representaban los valores de la marca. Algunos de estos términos eran conceptos como ecológico, eficiencia, sostenibilidad, sencillez, hogareño, arquitectónico, confort, profesional, tecnología punta… De ahí surgió el concepto de “la envolvente verde” que representamos a través del círculo verde. Un símbolo sencillo, cíclico y asociados a la sostenibilidad y a la economía circular.

Tras fijar la nueva estrategia, comenzamos con el rediseño de la identidad. Primero, se analizaron los territorios de la marca, la competencia directa y la aspiracional, los canales de venta, y se hizo un estudio de las marcas líderes en el sector, tanto de pinturas como de aislamientos, con el objetivo de encontrar oportunidades y establecer nuestro nicho de mercado.

En segundo lugar, se analizó la arquitectura de la marca con la intención de crear una nueva estructura que permitiera la incorporación de nuevos productos al catálogo de una forma fácil y económica. La arquitectura actual, con 3 marcas que funcionaban de manera independiente (eie, eicon y eicare), era costosa de mantener. Por este motivo, se apostó por crear una arquitectura de marca monolítica, donde la marca madre pasaba a ser eicon, que era el nombre por el que más se les conocía en el sector, y el resto pasaban a ser gamas de productos, una gama estándar, una gama profesional (plus) y la gama antibacteriana para uso hospitalario (eicare).

De esta forma, se eliminaba la marca eie, se le otorgaba a eicon una presencia de marca líder, y se optimizaban los recursos al evitar el desarrollo de una identidad nueva para cada gama de productos.